domingo, 6 de octubre de 2013







REFLEXIONES

Sobre algunos temas relacionados con el contenido del blog.


Ø  En el capitulo 1 donde hablamos de la desestructuración que  se produce cuando el sujeto no reconoce autoridad, debería cuestionar a los jueces que fallan tutelas alegando el libre desarrollo  de la personalidad a favor de estudiantes que desafían la norma escolar que pretende “ normal-izar”

Dichos fallos no fortalecen la personalidad, sino que debilitan la autoridad que ayuda a su estructuración y regula condiciones de convivencia grupal. Con esta posición lo que logran es reforzar su actitud caprichosa y voluntariosa de que las cosas sean como el quiere. Es crear un mundo para el sujeto y no un sujeto para el  mundo.

Allí no se fortalece su  “libertad”, sino su capacidad de dominar a otros. Su libertad está en poder escoger la institución que cuadra a sus criterios y no, en someter una institución a su voluntad.

Esto nos debería hacer reflexionar sobre los diálogos en la Habana con narco-terroristas que no están dispuestos a reconocer el Estado de Derecho y respetar la Democracia donde “todos” tenemos voz y voto. Ellos quieren IMPONER su modelo de Estado. No son un grupo que pretende REINCORPORARSE a la sociedad, sino SOMETERLA y crear instituciones a  su capricho, hacer  “su voluntad” sin Dios y sin Ley, peligroso por lo demás, como ya se vio en el Cagüan.

  
Ø  En el capítulo 2 tenemos un paciente que le “gusta” lo malo, como a la paciente del capítulo 3. Si fueran de estratos pobres, le atribuirían sus actitudes a las condiciones socio-económicas; pero en su  situación, tal argumento no es posible. Como tampoco lo es el de victimas de hogares disfuncionales o violencia intrafamiliar. La posición tan generalizada de considerarnos “victimas” de las circunstancias, no nos permite asumir responsabilidades que serían el camino correcto al cambio. Solamente se puede considerar víctima, al que privado de su libertad es SOMETIDO al despojo de un bien o un derecho.

En el libro de Víctor Gaviria, “El pelaito que no duró nada” (1), el hermano que relata la historia de un delincuente juvenil, dice: “A la final por eso sería que nos volvimos tan locos,  pues a mi hermanito le daban mucha libertad, perdía un año y mi mamá no le decía nada” (pg.12). Más adelante afirma: “Faber y yo desde chiquitos pensando en pistolas, muerte y guerras“(pg.38). .....”Imagínese que no pudo con la primaria, el pelaito era muy bruto, no era inteligente” (pg. 39)..... “Como que ese vicio cubre todos los sentimiento...lo que hay es rencor y odio“ (pg. 91).  Lo que hace pensar que esos dos hermanos en las mismas circunstancias de pobreza y soledad, uno decide en su  “libertad“, el camino de la delincuencia que lo condujo a  una muerte prematura, el otro escogió la vida, la rectitud y el trabajo.

Es curioso observar que “Trapias“, así apodado, tenía dificultades de aprendizaje, mucho odio y ausencia de autoridad. Y si bien los dos de niños alimentaban fantasías de violencia,  solo uno de ellos lo hizo realidad,  joven que desde su  “libertad “, escogió lo oscuro, la muerte.


Esto nos lleva a pensar en la frágil barrera que separa al neurótico del perverso. Este último realiza lo que el primero fantasea. Por eso esta presentación de casos se justifica, pues cuenta lo que anida en el corazón del neurótico, que contenido por una autoridad externa inicialmente (los padres), se abstiene de llevar al acto la fantasía que causa su  “mortal angustia“, por sentimientos de culpa  “inconscientes“ (cuando se ha consolidado la personalidad). Pues ambos son atraídos por la maldad, la que admiran y les gusta;  sin que, ni del paciente, ni del protagonista, se pueda hablar de victimas; sino de jóvenes que desde su  “ libertad “, escogieron lo oscuro, la muerte.

  
Ø  En el capitulo 3, tendríamos que reflexionar sobre la “ausencia de autoridad“ o “la autoridad perversa“, entendiendo esta última como la que no es ejemplar, que con su mal ejemplo “autoriza “ lo  “ a-norma-l “ ( como en el capitulo  10 ).

Y si hablamos de la sociedad, diríamos “autoridad corrupta“. Entonces nos podemos preguntar: ¿Hacia dónde vamos? “, cuando ya no hay autoridad en casa porque ambos padres trabajan y hay corrupción  en el Estado. ¿Quién podrá contener esos devotos de la muerte?”. La preocupación en los profesores Universitarios crece, no solo por la mala calidad de la educación con la que llegan los muchachos, sino y sobre todo, por la pereza: “no están por nada”, es lo que dicen; pero si están por algo: entretenimiento y rumba. Cada vez con menos valores y sentido de responsabilidad. Es un deterioro de la cultura con consecuencias económicas, por el bajo rendimiento laboral;  familiares, porque no quieren conformar familia y menos tener hijos; sociales, porque la pérdida de valores hace que la honestidad, el respeto por el otro, la disciplina, la responsabilidad, entre otros, sean cosa del pasado.


Ø  En el capítulo 5, nos encontramos con una forma velada de sado-masoquismo. El sadismo de homosexuales que determinan los lineamientos de la estética femenina, a través de las modelos a las que les exigen una talla, que pareciera que las quieren “desaparecer“. Y el masoquismo de aquellas deseosas de ser “re-conocidas” y “admiradas”, que arriesgan su vida por ajustarse al modelo de mujer, de hombres como los del capítulo 1 que las desean delgadas (sin senos,  ni nalgas), como hombres. Se pregunta uno entonces, ¿porqué una mujer querría ser reconocida como atractiva por un homosexual latente?  Y hasta donde esta (la homosexualidad encubierta), es la responsable de la violencia contra la mujer, tan generalizada en nuestra sociedad ?

Freud habló ampliamente sobre la envidia fálica en las niñas, pero no dijo nada respecto a la envidia de lo femenino en los hombres. Pues al llegar a la edad adulta, la “desventaja” desaparece ante la exuberancia de lo femenino y su capacidad “procreadora” que le da un poder que a muchos hombres, inconscientemente, asusta. Entonces aparece la envidia ante sus talentos y atributos, que se manifiesta en la actitud de “menos-precio”, en lo laboral, social y afectivo. Muchas sucumben ante esta discriminación y optan por la salida falsa de “igualarse” a ellos. Esto es traicionar la causa femenina que debería consistir en defender nuestro valor en la diferencia, rompiendo con el narcisismo machista de considerar solo valioso, al poseedor del falo. Esta es una posición infantil, pues no existe una castración, solamente, una diferencia. Lo curioso es, que cuando de reconocer los derechos del “diferente” se trata, no se refieren a la mujer; sino al que usurpa su lugar, o a la que niega su feminidad y se identifica con un hombre. Allí la mujer es simplemente “borrada”, “desaparecida”. La que no se ve; si se ve, se ignora y si no se ignora, se menosprecia y maltrata de todas las formas posibles. La peor, la de solo darle un lugar, como objeto de goce perverso.

Otra manifestación igualmente grave del narcisismo masculino, que solo reconoce como valioso al semejante y de envidia de lo femenino por su fertilidad, por  su fecundidad; es la VIOLENCIA CONTRA LA MADRE “NATURALEZA”. El argumento del desarrollo, es un sofisma, porque se puede avanzar en el mismo, sin “destruirla”. Con inteligencia y gratitud por el medio ambiente, del que dependemos y al que debemos respetar, se pueden encontrar alternativas. No tiene sentido vender un pulmón para comprar una casa, pues a lo mejor la tenga que vender, para pagar los daños que hizo a su salud, la falta del mismo.


Ø  En el capítulo 6; vemos como esta homosexualidad se pone en evidencia en el narcisismo que funda la Ego-latria y la violencia (borrar al otro), que se manifiesta en actitudes tan comunes y corrientes como: “ignorar el vecino que tiene que  madrugar a trabajar al día siguiente y poner la música  a todo volumen hasta altas horas de la noche“. Es el caso del hermano de una paciente  que no respeta el derecho al  descanso del otro, porque para él, no existe. Y ella sueña que: “su hermano sufre epilepsia, eso lo está volviendo retrasado  mental y sus padres ignoran el llamado de atención que ella les hace sobre el problema “. Convulsionar, es no tener autocontrol y es que la mamá le alcahuetea todos sus desmanes, en una estructura familiar donde la homosexualidad es encubierta y la madre todo el tiempo borró la autoridad del padre a quien envidiaba como poseedor del falo.

Actitudes tan comunes y corrientes de Ego-ismo como subirse al bus y obstaculizar el ingreso de los que quedan por fuera, o como obstaculizar el paso de los carros atravesando el propio en la vía, son algunos de los múltiples casos de incultura que se podrían citar. Egoísta y ególatras que piensan que solo ellos existen en el mundo, son tan comunes que se han vuelto “norma-les “, pero generan malestar y/o reacciones violentas, en los afectados.

Pero es que nuestra cultura no trasciende la homosexualidad sádico anal -como lo plantea Francoise Dolto en su libro “Psicoanálisis y Pediatría”, pg 33 (2)-, que se pone de manifiesto en:

·      La adoración por el dinero y el poder (deseo de dominar al otro y controlar a todos y a todo, menos así mismos).
·         En la obstinación (incapacidad de dialogar y ceder).
·         En su actitud de permanente desafío a la autoridad y a la norma.

Actitudes que hay que corregir desde los tres añoso, pero que no es la empleada del servicio la que está autorizada para hacerlo; y los abuelos poco colaboran en esa tarea, ellos mas bien, alcahuetean.


Ø  En el capítulo 7 vemos como la gente no solo detesta la conciencia que le recrimina, sino  también a las personas que con su buen comportamiento, les recuerda que lo que hacen, está mal. Este hecho tan antiguo como la humanidad, se ve claramente en la Biblia en el libro de la Sabiduría, capitulo 2, Versículos 9 – 24,  estas son algunas de sus afirmaciones:

“Que nadie de nosotros falte a nuestras comilonas…seamos duros con  esos pobres piadosos, y lo  mismo con las viudas... ¡Nuestra fuerza  sea la ley¡  ¡La debilidad es prueba de que uno no sirve para nada! Hagamos la guerra al que nos reprende porque violamos la ley; nos recuerda como fuimos educados y nos echa en cara nuestra conducta....No hace más que contradecir nuestras ideas, y su sola presencia nos cae pesada. Lleva una vida distinta a la de todos y es rara su conducta. Nos considera unos degenerados, creería mancharse si actuara como nosotros...Veamos, pues, si lo que dice es verdad y hagamos la prueba: ¿cómo se librará?  Si el justo es hijo de Dios, Dios lo ayudará y lo librará de sus adversarios. Sometámoslo a humillaciones y a torturas, veamos cómo las acepta, probemos su paciencia. Luego condenemoslo a una muerte infame pues, según  el, alguien intervendrá... La envidia del diablo introdujo la muerte en el mundo, y la experimentan los que toman su partido  “.

Y Scott Peck en su libro: “La nueva psicología del amor“, el mejor libro de psicología que he leído, dice: “existen personas e instituciones que reaccionan con odio ante la presencia de la bondad y están dispuestas a destruirla en la medida de sus posibilidades ... estas personas detestan la luz y la eluden instintivamente ... las personas malvadas odian la luz porque ésta  les revela su propia esencia ... Apagarán  la luz y destruirán la bondad y el amor para evitar el sufrimiento de conocerse a si mismos “( 3 ), pg 277.

O como se diría en este texto; les tumba el Ego y los confronta con su verdadero yo.

Y continúa diciendo Scott peck: “destruirán la bondad y el amor porque les revela su pereza... es que el mal es la pereza llevada al ultimo extremo “. En términos de este libro ; la pereza como thanatos, muerte, reposo absoluto y el ego-ismo que no da, sino que  pide; son el mal del que el sujeto no desea  saber, pero si “ disfrutar “; gozar de la muerte es el fundamento de la violencia.

Cualquier parecido con lo que este gobierno, las Cortes, el Congreso y los medios de comunicación, han hecho a Uribe, no es coincidencia.


Ø  En el capítulo 8  analizamos que los problemas de autoestima, son entonces la conciencia de que obramos mal.  Esto no se resuelve por el camino  que algunos pacientes esperan; esto es, fortaleciendo el ego, la fantasía de que son lo que quieren mostrar, sino enfrentando sus defectos y tratar de superarlos; asumiendo la cuota de responsabilidad que les corresponde en ser mejores personas para estar en “paz con su conciencia, consigo mismos y con los otros a los que atacan y temen por ser el espejo que les muestra sus defectos; o por considerarlos las sombra que los persigue como la culpa. La paz no se logra eludiendo la verdad, sino aceptándola y asumiendo responsabilidades.
  

Ø  En el capítulo 9, vimos que el problema no se resuelve mejorando la apariencia. Pero en una sociedad  que solo genera oportunidades para estos hipócritas, y es el caso de las oportunidades laborales en el sector publico  y privado, refuerzan los antivalores que solo conducen a la mediocridad – que no genera desarrollo – y competencia “deshonesta “. Allí no se trabaja por el bien común, sino por el interés particular; cueste lo que cueste. ¿Porque entonces nos sorprende la pobreza en un país rico en recursos naturales? Si los que generan confianza por su apariencia, políticos y empleados corruptos y mediocres, son los que encajan en una sociedad de espejismos.


Ø  Capitulo 10: Como si no fuera suficiente con engañar a otros, se engañan así mismos a través de la trampa del  lenguaje, llamando bueno a lo malo y normal a lo enfermizo. Por ej: “llamar  paz al sometimiento” de un pueblo al que NEGOCIARON con los perversos, o llamar cultura al maltrato de los “indefensos” por ser de otra especie, como se han maltratado a los de otras razas. En general, “al diferente” pero indefenso. Sadismo que no solo lástima los animales, sino la ética de quienes tienen respeto por nuestros  “hermano menores“, como los llamaría San Francisco de Asís. ¿Será coincidencia, que quien hace la oración de la paz, sea justo el que reconoce la hermandad  con la naturaleza y en consecuencia con los animales? El ecologista y defensor, es el que justo descubre que el secreto de la cura está en dar y no en recibir, está en el amor (buscar el bien del otro) y no en la demanda, en el Ego-ismo que pide, sin quedar satisfecho jamás.

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(1)  Gaviria, Víctor: “El pelaito que no duró nada”
      Talleres Presencia Ltda. (Bogotá), Planeta Colombiana Editorial 1991. 1ª ed.

( 2 )  Dolto, Francois : “Psicoanálisis y pediatría “
Siglo XXI editores, México, 1.979.  5ª edición.

( 3 ) Scott Peck M.: “ La nueva psicología del amor ”

       Emecè Editores, 1999 Brasil.

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