COMENTARIO POLÍTICO AL CAP IV
Esta jovencita no necesita un cuerpo,
otros son el cuerpo que hacen por ella bajo su mandato. Ella no “tiene” cabeza,
“ES” la cabeza, es quien “ordena” y “manda”.
Esta posición es más generalizada de lo
que se cree, eso ha dado origen al dicho: “Mucho cacique, muy pocos indios”. Es
que mandar es fácil y cómodo. Hacer, es un desafío a la pereza, a la inercia del
Thanatos: “reposo absoluto”.
De hecho en las parejas jóvenes de
estratos altos acostumbrados a que todo se los hagan,, al casarse y vivir de
sus ingresos, la realidad cambia. Los dos salen a trabajar, no hay con que
pagar una empleada interna y se vuelve un problema la distribución de las
tareas de la casa. Aparece entonces la pugna del “amo y el esclavo”; quien
ordena y quien ejecuta. Allí el amor y la justicia, desaparecen. En cambio
prevalece, la fuerza del más agresivo que se ubica en el lugar del amo, lejos,
muy lejos del amo-r, de la consideración y el respeto. El otro se vuelve cosa
para mi “servicio” personal, para mi goce: “comodidad”.
Esto que aborda el psicoanálisis como
la “ética del amo y el esclavo”, claro está, no es ética. Pues el sujeto ético,
se AUTO-REGULA por valores de “bien común”, no de “beneficio personal”.
Beneficio que realmente es perjuicio, porque el deterioro que sufre la
relación, trae consecuencias emocionales-
Esta tendencia “natural” pero infantil
a ser cacique, se vuelve un problema social cuando se habla de “pensiones y
subsidios”. ¿Cuántas personas conoce usted que trabajarían si pudieran vivir de
la herencia, la lotería o los subsidios?. ¿Cuántos de los pensionados, personas
muy enteras todavía, hacen algo “edificante” con sus vidas?. La verdad es que
la mayoría quieren ese tiempo “libre”
para dedicarlo al ocio o la diversión, cuando podrían hacer mucho más
con su tiempo, talentos y experiencia adquirida. Pero el egoísmo y la pereza, no
permiten el desarrollo de un valor social como “servicio”. Solo se trabaja
por la paga y el prestigio. Por eso las tareas de la casa, se vuelven un
conflicto para los que se aman.
Pero esta realidad de la condición
humana, la pereza, es algo que los gobiernos no deben ignorar cuando piensan en
políticas asistenciales para quienes deben poner a trabajar. Un buen gobierno,
no es el que pone a trabajar a unos, para sostener a otros. Eso es alimentar la
relación del “amo y el esclavo”. Sino el que protege y promueve el empleo de
calidad, estimula la creación, sostenimiento y ampliación de la empresa. Pero
los políticos que piensan más en la permanencia en el poder, ven en la
dependencia económica de unos: “sus votantes”, la forma de lograr su propósito
“a costillas de otros”: la clase trabajadora que incluye no solo a los obreros,
sino a mandos medios, gerentes y empresarios. Es decir, la clase productiva,
sostiene los parásitos políticos –que como amos, MANDAN a los que hacen algo y
pagan impuestos- y sus votantes. Todos ellos viven de subsidios, misiones y
pensiones “prematuras”.
Eso explica porque J.M. Santos,
construye 100.000 viviendas “gratis”, pero deja hundir en la miseria a los
campesinos. Porque el que gana su sustento, es “libre” de votar por quien
quiera.
Esto sucede porque estos amos, “no
tienen” ley, ellos “son” la ley; no tienen cabeza, ellos son la cabeza, no la
ley que debería regir a todos, incluyéndolos a ellos. Pero uno es el sistema de
pensiones de los Colombianos y otro el que ellos hacen en beneficio propio.
Hacen “legal”, lo “ilegitimo”, lo que es en realidad, una “transgresión de la
ley”.
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