miércoles, 3 de abril de 2013


COMENTARIO POLÍTICO AL CAP IV

Esta jovencita no necesita un cuerpo, otros son el cuerpo que hacen por ella bajo su mandato. Ella no “tiene” cabeza, “ES” la cabeza, es quien “ordena” y “manda”.

Esta posición es más generalizada de lo que se cree, eso ha dado origen al dicho: “Mucho cacique, muy pocos indios”. Es que mandar es fácil y cómodo. Hacer, es un desafío a la pereza, a la inercia del Thanatos: “reposo absoluto”.

De hecho en las parejas jóvenes de estratos altos acostumbrados a que todo se los hagan,, al casarse y vivir de sus ingresos, la realidad cambia. Los dos salen a trabajar, no hay con que pagar una empleada interna y se vuelve un problema la distribución de las tareas de la casa. Aparece entonces la pugna del “amo y el esclavo”; quien ordena y quien ejecuta. Allí el amor y la justicia, desaparecen. En cambio prevalece, la fuerza del más agresivo que se ubica en el lugar del amo, lejos, muy  lejos del amo-r, de la consideración y el respeto. El otro se vuelve cosa para mi “servicio” personal, para mi goce: “comodidad”.

Esto que aborda el psicoanálisis como la “ética del amo y el esclavo”, claro está, no es ética. Pues el sujeto ético, se AUTO-REGULA por valores de “bien común”, no de “beneficio personal”. Beneficio que realmente es perjuicio, porque el deterioro que sufre la relación, trae consecuencias emocionales-

Esta tendencia “natural” pero infantil a ser cacique, se vuelve un problema social cuando se habla de “pensiones y subsidios”. ¿Cuántas personas conoce usted que trabajarían si pudieran vivir de la herencia, la lotería o los subsidios?. ¿Cuántos de los pensionados, personas muy enteras todavía, hacen algo “edificante” con sus vidas?. La verdad es que la mayoría quieren ese tiempo “libre”  para dedicarlo al ocio o la diversión, cuando podrían hacer mucho más con su tiempo, talentos y experiencia adquirida. Pero el egoísmo y la pereza, no permiten el desarrollo de un valor social como “servicio”. Solo se trabaja por la paga y el prestigio. Por eso las tareas de la casa, se vuelven un conflicto  para los que se aman.

Pero esta realidad de la condición humana, la pereza, es algo que los gobiernos no deben ignorar cuando piensan en políticas asistenciales para quienes deben poner a trabajar. Un buen gobierno, no es el que pone a trabajar a unos, para sostener a otros. Eso es alimentar la relación del “amo y el esclavo”. Sino el que protege y promueve el empleo de calidad, estimula la creación, sostenimiento y ampliación de la empresa. Pero los políticos que piensan más en la permanencia en el poder, ven en la dependencia económica de unos: “sus votantes”, la forma de lograr su propósito “a costillas de otros”: la clase trabajadora que incluye no solo a los obreros, sino a mandos medios, gerentes y empresarios. Es decir, la clase productiva, sostiene los parásitos políticos –que como amos, MANDAN a los que hacen algo y pagan impuestos- y sus votantes. Todos ellos viven de subsidios, misiones y pensiones “prematuras”.

Eso explica porque J.M. Santos, construye 100.000 viviendas “gratis”, pero deja hundir en la miseria a los campesinos. Porque el que gana su sustento, es “libre” de votar por quien quiera.

Esto sucede porque estos amos, “no tienen” ley, ellos “son” la ley; no tienen cabeza, ellos son la cabeza, no la ley que debería regir a todos, incluyéndolos a ellos. Pero uno es el sistema de pensiones de los Colombianos y otro el que ellos hacen en beneficio propio. Hacen “legal”, lo “ilegitimo”, lo que es en realidad, una “transgresión de la ley”.







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