viernes, 26 de abril de 2013


COMENTARIO POLÍTICO AL CAP VI

Cuando uno escucha a las Farc hablar del ejército y del Estado ante el cual se asume como víctima y los acusa de todos los delitos, de los que ellos son los responsables, se da cuenta que al igual que este joven:

S2: No asume la culpa (la sombra) como propia, la proyecta en el exterior (militares y Estado) y los acusa de “su odio”,  por el que se siente amenazado.

12M: Ese odio lo lleva a querer borrar al otro diferente (los burgueses), de los cuales sin embargo, desea ocupar su lugar. Pero solo un Estado de Derecho (en su función paterna) fuerte, puede llevar a la paz, al impedir el fortalecimiento de las actitudes que generan culpa (la sombra, el lado oscuro). La culpa es por la agresión al Estado de Derecho, al que acusa de favorecer la burguesía.

S3: Una posición suave de parte de la autoridad, solo conduciría a incrementar su posición thanatica, violenta. Ellos necesitan una mano dura que los ubique en la realidad, los obligue a respetar la diferencia a la que no pueden borrar y suplantar y se inscriban en el lenguaje (que no es la palabra vacía, sino la que nombra lo real, la verdad), que ni entre ellos mismos funciona.

S1:”No se entienden”, porque no escuchan. Solo saben imponerse por las armas, la violación de la ley y los abusos de poder. No más ver lo que está sucediendo en Venezuela.

S4: Porque no se ubican en la realidad se refugian en la fantasía y piensan con el deseo, desde donde sostienen un discurso de mentiras,  su gran fortaleza, su castillo de arena.

S5: Desde ahí, deforman la realidad, y se la creen: “La sienten como la realidad. Así es la droga”. Pero a eso lleva la soberbia (la Egolatría), el orgullo del sicario que como demonio es: “mentiroso, poderoso, frío, no le importa hacer daño, perverso, malo”.

Al neurótico estas tendencias lo conflictual - :”yo vivo en contra de la esclavitud y del abuso y gustarme esas cosas”-, porque su conciencia (el espejo), el padre interiorizado, lo recrimina. Pero el perverso, efectivamente mata el padre (destruye el Estado de Derecho) y la culpa (la sombra) es del otro en el que se proyecta. Desde ahí entendemos la posición de las Farc y del gobierno usurpador e ilegitimo de Santos ante los militares a los que humilla y ante la ley, a la que toda costa quiere destruir.

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