martes, 28 de mayo de 2013


CAPITULO IX

LA HIPOCRESIA

La forma de escamotear lo ético ante los otro 

Amparo  es una joven universitaria  que consulta  por ansiedad,  dentro  del proceso  de evaluación se presenta  el siguiente  incidente:

P: “Terminé con el novio esta semana.  Su novia era mi mejor amiga,  cuando  él le terminó,  intentó suicidarse tomándose algo.  Yo no quiero estar en relaciones conflictivas. El es muy intenso para lo positivo y lo negativo. Yo soy muy tranquila, el es muy tenso, es problemático. Cuando estaba con él, no quería pensar en el futuro”.

T.: ¿Por qué aceptó esa relación triangular?

P.:   No quería un compromiso.

T.: Para ti era un pasatiempo y para tu mejor amiga era su vida. Pero el juego te daba placer sin responsabilidad, sin compromiso.

 Entonces  cuenta  un sueño.
Sueño 
Estábamos en la finca de unos amigos de mis papás, el señor empezó  a decir que venían unos duendes. Cogió una personita con sombrerito; me daba pánico tocarlo, pero lo empecé a tocar y se me fue quitando el miedo.  Empezaron a llegar un millón, histéricos porque habían cogido un duende. Miguel decía que era real aunque no creyeran en él, o en ellos.  Luego me fui a hacer un trabajo con una compañera.

Asociaciones:

-  Duende: tenía gestos de pícaro, se movía mucho, mucho; me daba asco y miedo,  eso me  pasa con los animales, incluso en imágenes. Era como un buho; todo mundo lo tocaba, todo mundo feliz con el buhito.

-  Buho. Convencionalmente es  sabiduría. Tienen cara de traicioneros, me da miedo su mirada.

-  Hombre pequeño. Tramposo, no son hombres,  entre hombre y animal.

T:¿Qué sabe de ese animal?

P: De mi, de mi verdadera esencia.

Interpretación:

El hombre pequeño, el niño, está entre lo animal (que le da asco y miedo), lo instintivo y lo  cultural que lo hace humano, que lo hace hombre. El acercamiento a lo infantil (no civilizado)  al principio le da miedo, pero poco a poco lo va perdiendo y se va acercando a lo animal que es su verdadera esencia

P.: La conciencia humana es construida, la estructuran desde la religión, la ética, la moral la política; la cultura nos manipula a su antojo. La parte animal es el fondo insobornable, la verdadera esencia humana que no ha sido trastocada por la cultura. ¿Qué debe hacer uno, dejarse llevar por el placer?
     
T.: La esencia implica ser egoísta, atropellar al otro, hacer las cosas sin importar el otro.

P.: Pero sería tachada de loca, mezquina, irreverente, detestable, y herir a mucha gente… Pero uno debe se fiel a uno mismo.
¿Por qué siento miedo y asco  ante mi instinto natural?
¿Por qué la cultura lo tacha de malo?
El individualismo se tacha de malo y se contrapone a lo social.
Siempre hay una discrepancia entre lo que uno quiere y debe hacer. La gente quiere hacer lo contrario, seguir su instinto. Esa es la Ley del más fuerte.
Me mortifica que lo que hago, afecte a otros.
Me mortifica renunciar a lo que quiero por complacer.

Es horrible estar entre opuestos. A veces hay que renunciar a uno de los dos.  A veces mi mundo, es un mundo de mentiras. Les miento para complacer. Cada uno tiene una idea de mi, diferente a lo que soy, porque oculto lo que los hiere y decepciona.  Omito cosas y cambio versiones para que no me juzguen, no soy capaz de ser franca. Estudio las personas para saber que les gustaría oír y tengo un trato  especial para cada cual.

A cada persona hay que tratarla  distinto y me adapto fácil y socializo fácil


RESUMEN:

Ella  tiene un saber, el de la traición e hipocresía,  que le permite  aparentar  que es humana,  cuando  actua  desde lo  instintivo.  La salida  para ella  entre los opuestos de lo cultural  y  lo  instintivo  infantil –hombre pequeño-,  es la hipocresía, la traición,  la mentira,  de hacer  y decir  lo que el otro espera   de ella  para  ser  aceptada,  pero pensando  y sintiendo  otra cosa.

Esa no es una salida “íntegra”,  integradora  e  integral.  Permanece dividida  entre lo que  es  y lo que aparenta.

ANALISIS:

Hay varios juicios equivocados en sus afirmaciones:

Ø  Lo esencial del ser humano, es la “racionalidad”, no lo instintivo.
Ø  El instinto no es lo insobornable, de hecho, es el lado más débil de nuestra naturaleza, por la que nos hacemos fácilmente sobornables.
Ø  Lo que construye la cultura (religión, moral, ética), es el super-yo (autoridad interiorizada que normaliza, regula el comportamiento) no la conciencia. Siendo esta (la conciencia), una función del yo, es crítica frente a la cultura y el instinto. Su tarea es encontrar una posición “justa”, ante el uno y la otra. Ese es el gran desafío para cada ser humano, distinto de los demás en las características personales, como en las circunstancias de su historia. Como resuelva ese entramado, es lo que desarrolla “su esencia”, su individualidad, su manera “particular” de inscribirse en la sociedad.
Ø  Una  cosa es ser fiel a uno mismo y otra es ser esclavo de su instinto.
Ø  Esta joven se debate entre dos amos: el instinto al que se somete por placer y el Ego que la manipula por vanidad, obligándola a mimetizarse en el ambiente, aparentando ser lo que el Otro desea que sea, para aceptarla. En ninguno de los dos casos, es un ser humano autentico y opta por ser una hipócrita.

El yo a través de la conciencia, le daría la fuerza de voluntad necesaria, para someter el instinto y el valor para desafiar la cultura que enajena y dice por ejemplo: “si no eres rico, no vales nada” y “si no eres talla 4, eres una mujer fea”, aunque ajustarse a ese parámetro, le cueste la vida.

Ambas, la cultura thanatica y el instinto de muerte; porque la conservación de la vida es función del yo), destruyen “lo esencial” del ser humano: ser razón-hable.

Cuando los “liberales” al igual que esta joven, consideran que liberar el instinto de los límites que la cultura impone (religión, ética, moral, etc), es el camino al “progreso”, se equivocan:

  1. Porque es la regresión a lo infantil del sujeto y lo primitivo de la civilización.
  2. Porque no es progresar, negar la realidad porque resulta frustrante. Cuando un medico dice que no se debe ser promiscuo, no está sumiendo una posición moralista, si bien la moral, así lo prédica. Si dice que hay que disminuir  los carbohidratos y aumentar las vitaminas y proteínas, no está asumiendo una posición de clase, si bien, el acceso a una buena alimentación, es un privilegio de clase. Cuando el psicoanálisis dice que la homosexualidad es un trastorno de personalidad, no está asumiendo una actitud de intolerancia y discriminación, está planteando una realidad; allí hay un trastorno narcisista.

Negar la realidad e irse en contra de “sus leyes”, no conduce por el camino del progreso, sino de la muerte. Esta joven por ejemplo, cuando sigue el placer, el instinto, lo que le gusta, destruye una amistad, por poco la vida de su amiga y una relación de pareja. Cuando no está dispuesta a asumir las consecuencias de ser lo que es, entonces se camufla en la hipocresía de no ser ella misma, sino aparentar lo que el Otro quiere ver para ser aprobada, aceptada. Se sumerge entonces, en un mundo de mentiras. ¿ Donde está lo “esencial e insobornable”?
  
CONCLUSION.

La hipocresía es una forma de evitar los efectos de la educación y la civilización y mantener una actitud  salvaje e infantil.


La educación tiene su límite, solo llega hasta donde el sujeto lo permita y desee. Porque una forma de evitar  las consecuencias  sociales de no aceptar su ordenamiento, es refugiándose en las apariencias, en la deshonestidad, en la hipocresía.

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