miércoles, 27 de noviembre de 2019

Tumbar la cabeza





viernes, 7 de septiembre de 2012


Capítulo 1: Tumbar la cabeza


Desconocer la autoridad, genera caos.


En mi trabajo clínico frente a la dificultad de entender el ordenamiento  interno con el que los pacientes  respondían el  “test grupal” de Humanitas, test que consiste en ubicar  los miembros de la familia  en los diferentes cuadros de acuerdo a la estructura de la familia,  me vi en la necesidad de emplear  la enumeración  como una alternativa de comprensión  de lo que el lenguaje no me permitía  entender. Por ejemplo, la jerarquía,  los acercamientos y los distanciamientos afectivos,  entre otros.

Enumerar, entonces, me permitía comprender  quién era la persona más importante y la más insignificante,  quién era el primero y quién el  último,  o cuál  de ellos  quedaba por fuera  de la estructura y por qué.

En este ejercicio  empecé a encontrar que las personas tenían  diferentes formas de organización interna, pero estas eran el resultado de ubicar el 1 como  autoridad en el lugar donde se ubica la “cabeza”, el “cerebro”, la “racionalidad” (ver Cuadros 3 -10), en contraposición con estas formas de ordenamiento interno, existían otras respuestas caóticas, que generalmente se presentaban en personas que tenían el  número 1 “fuera  del lugar apropiado”,  (ver Cuadros 11 -14).

Una de estas personas, es  una paciente que llega a consulta solicitando ayuda  porque “no controla su rabia”, en  cambio si pretende  “controlar demasiado a su pareja” y gracias a esto han tenido muchas dificultades. Entre la pruebas de evaluación  empleadas está  el  “Test  Grupal“  de Humanitas, con una modalidad  nueva: “ enumerar los cuadros de 1 a 20  en orden de importancia”.  La primera  prueba es  caótica, no tiene orden que permita darle coherencia a la enumeración (Ver Cuadro 1).  Al inter


·             “Lo más importante”.
·             “ A partir de él se toman las decisiones”
·             “ Mi jefe”
·             “ Mi cerebro”
·             “ El motor” 


Al  hacerle caer en cuenta del  lugar asignado el N°1 responde:

“ ¿Tengo que cumplir esa estructura?”
“ Yo podría cumplir mi propia estructura" 
“ En un  hogar  no debe haber un N°1”.

                                                                                                         
La terapeuta le responde:  Entonces podríamos afirmar que su posición es:

“Yo podría cumplir mi propia  estructura” 
“En un hogar donde no exista  el N°1”   
“Donde no exista  un jefe, una cabeza”

Al declararlo así, ella misma retoma la enumeración y dice: “ Esto debería ser así” (Ver Cuadro N°2).

Queda entonces claro porque ella no controla su rabia: “no tiene autoridad“  interiorizada, (“Yo podría cumplir  mi propia estructura”). Y si en cambio, controla a otros.

Cabe preguntarse entonces, qué es lo el que sujeto libera cuando no tiene autoridad interiorizada, cuando no tiene un  “orden” interno".. La respuesta es: la rabia

De este caso concluimos que  cuando se tumba la cabeza (la autoridad  que pone límites) se libera lo pulsional  Thanàtico (la agresividad), es la locura, es el caos.

En términos  psicoanalíticos diríamos, que cuando no se ha interiorizado el  Super – Yo  (la autoridad), el  Yo pierde las defensas de los mecanismos  que lo ayudan  a contener el Thanatos y adecuarse a la realidad (uno de estos mecanismos de defensa  es la racionalización) y el sujeto queda bajo el dominio del placer, del desenfreno de la pulsión,  del  instinto  que no sirve a  la “conservación de la vida”, pues ésta, es una función del  Yo .

De otro lado Piaget decía: “ ...todo acto inteligente supone algún tipo de estructura intelectual, alguna forma de ORGANIZACIÓN, dentro de  la cual se desarrolla. La aprehensión de la realidad siempre implica interrelaciones múltiples...”

Pero en el caos que se produce cuando  no hay una cabeza, qué forma de organización  puede servir de  estructura  intelectual al acto inteligente?. ¿Qué adaptación a  la realidad se puede dar cuando prevalece el placer,  cuando se libera lo pulsional; sin los diques que pueden diferir la energía  psíquica en beneficio de otras actividades culturales (como la sublimación)?


Es curioso observar:

1.  Que las  personas  que no tienen  autoridad entran en un caos (Cuadros 11-14).

2. Que entre  ellas no hay similitud (Cuadros 11 -14)

3.  Que  la persona  que tiene autoridad,  se organiza  interiormente (Cuadros 3-10)

4.  Que entre algunas de ellas  se  establece  un lenguaje común  (Cuadros 7-10)  y curiosamente  son las que se organizan horizontalmente, que según el lenguaje simbólico  remite a lo democrático y lo fraternal. Es como si las personas que interiorizan la autoridad y  respetan  a los otros,  porque los tienen en cuenta,  lograran un lenguaje común.

Pero veamos  en otro caso el  impacto de la caída  de la autoridad en la estructuración  del  sujeto.

Es un joven Universitario que habla de sus fantasías que se resumen así:

1. Ser un franco tirador: es la forma de homicidio en la que menos se arriesga, sólo  a  hombres,  un  magnicidio,  sólo a hombres y de un disparo en la cabeza, verlos   “ caer”  eso es divertido.

2.     En una bañera mi amante y yo haciendo el amor en medio  de la  sangre  de los dos, sin sonidos y al cansarnos, cortarnos las venas.

De la mujer de esta fantasía no he estado enamorado, sólo me interesa el físico. Las fantasías de amor son de héroe  salvador.

Esta mujer más parece un hombre: por delgada  (sin cadera, ni senos) y la asocia con su hermana, que  se parece a él: delgado y rubio.

Es claro que, cuando:

1.     Se tumba la cabeza (la autoridad):  un  hombre  “grande”.

2. Entonces el sujeto libera lo pulsional (incestuoso y thanático), en un baño de sangre...de su propia sangre.

En su condición de sádico,  el goce no es  erótico  sino thanático,  goza con la muerte y el dolor, no con la vida y la felicidad. No es un goce objetal sino narcisista:  disfruta el dolor que se le inflinge al otro (la hermana) en tanto se le parece;   la odia  como a sí mismo.

La mata como desea morir  él.  Y efectivamente, mueren  de forma idéntica y simultánea.

Eso explica que los homicidas sean generalmente  suicidas de forma simultánea: a la vez que matan a otro se exponen a morir ellos mismos.

De igual manera el sádico  es simultáneamente masoquista: goza la muerte del otro (la hermana), como si fuera la propia: “nos parecemos”, “ella parece un hombre”.  Es objeto y sujeto de goce al mismo tiempo.






DIFERENTES  FORMAS DE  ORGANIZACIÓN








ORGANIZACIÓN CON  LENGUAJE COMÚN






CAOS









 RESUMEN


Cuando el sujeto tumba la cabeza  (la autoridad que pone limites), libera lo pulsional Thanatico (la  agresividad),  entonces se produce el caos.

En este caos , no se puede dar la organizaciòn dentro de la cual se desarrolla el acto inteligente.

Prisionero del principio del placer, no puede aprehender la realidad.


CONCLUSION.

Al desconocer la autoridad que impone “orden”, que da ordenes; no la interioriza, y si no tiene que le ponga limites al principio de placer, el principio de realidad no se desarrolla, el Yo se atrofia y el Ello sufre una hipertrofia, con el consecuente inflamiento del Ego que es narcisista, que desconoce al otro diferente y solo odia con pasion –como a sì mismo- al semejante. Porque es el odio, no el amor, lo  que  se desarrolla  con el  Ello  a travès  de su instinto de muerte, que es el que sustenta el principio de placer.
Quienes solo buscan el placer –sin los limites que impone la realidad-  se encuentran a la muerte.




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